Entrevistas

Entrevista a Charly Garcia.
-¿Vos cómo te acercaste?
-Todos estamos cerca del Paco. Yo soy un adicto a la vida, y como tal soy un explorador de lo bueno y de lo malo. Por eso lo conocí de cerca. Lo tuve enfrente, en la nariz. Lo acaricié, me perfumó y tuve tiempo para amasarlo. A todos, en algún momento de la vida, se nos cruza un sorete. Pero hay que ser fuerte y aprender a patearlo para el otro lado. Lo crucifico, porque es la muerte en vida.

-¿Es realmente la droga de los pobres? Algunos estudios privados confirman otro panorama.

-¡Es una mentira total! Hay gente que lee Borges en la Villa 31 y otra que fuma Paco en Belgrano. Tal vez gran parte salga de las villas, pero después se lo llevan a Recoleta. ¿Y entonces? ¿Y si yo te cuento que hay gente que consume $ 250 por noche? Si consumís, sale mucho más caro de lo que parece. No mintamos más: no es una droga barata. Trasciende las clases sociales.


Chapa está convencido de que la asociación de Paco y pobreza es responsabilidad de los comunicadores. "Es falta de información", dispara. "Todos somos comunicadores: periodistas, actores, cantantes. Hay que tratar de manejar con cuidado ese poder: estamos frente a una sociedad que necesita escuchar, y mucho".

-¿Qué actitud te toca, como líder de una banda popular?-Prudencia, más que nada. Frente a mil personas, tenés que tener cuidado y fijarte bien lo que vas a decir. Eso no te coarta la libertad de expresión: si estás mal, decilo.
-¿Sentís que en algún momento te equivocaste con el mensaje?

-No. Era consciente de que si me equivocaba en mi mensaje podía hacer mucho mal. Nunca usé el micrófono para victimizarme. Cuando tuve problemas, fui a terapia, trate de salir, sufrí, pero las penas las lloré en la cama. Y ahora soy adicto a una nueva vida.

-¿Cómo ves a las bandas y a sus líderes en relación al Paco?
-Veo que si pueden evitar el tema, mejor. Se lavan las manos. Y no creo que eso sirva para ayudar. Me gustaría que en la música seamos un poco más jugados a la hora de hablar, cantar y comunicar. No sé cuántas bandas habría si hoy armamos un festival anti Paco. Si no tomamos un rol activo va a parecer siempre que el rock es droga. O que si vas a ver un recital o queres escribir una canción tenés que estar re loco.

-¿Para vos hay muchos músicos que dan a entender que la droga es fundamental para el rock?Sí que los hay! En bandas grandes y chicas. Y eso es muy peligroso. Porque encima alardean y ni conocen lo que te puede hacer la droga. Pareciera que lo hacen para vender. Si nos seguimos fumando ciertos personajes, nos vamos a terminar fumando un Paco. Igual, el rock está más limpio de lo que muchos piensan.

-¿Cómo ves el papel de Pity en este contexto?
-Es igual a cualquier pibito que sale en la televisión y dice que fuma Paco. Usando su libertad de expresión está expresando su tristeza por esa adicción. No hace apología: es un consumidor que está llorando y pidiendo ayuda. Eso está bárbaro. Tanto Pity, como cualquier consumidor, tienen posibilidad de recuperación.

-¿Es una generación post-Pity?
-No, somos parte de una generación pospaco. Creo que hay muchos jóvenes que están teniendo más conciencia con respecto a la droga. No importa si hablamos de artistas o de gente común. Lo importante es dejar de hacernos los boludos y ponernos a ayudar.
Entrevista a madres del Paco (Mirta Graciela):
- ¿Cómo comenzaron la lucha? ¿Cómo supieron qué debían hacer para conseguir la cura de sus hijos?
Nos íbamos desilusionando porque en los hospitales no se los atiende, porque los jueces cuando íbamos por una protección de persona - nos explicaba un abogado -,  decían que los adictos no estaban comprendidos en esa figura, que la protección de persona no era para los adictos. A mucha lucha, tres años parándonos en los juzgados civiles, que nos mandaran de uno para otro y así nuestro camino fue espantoso, porque nuestros hijos eran consumidores y no delictivos.
Pero empezaron sacándonos todo a nosotros y después salieron a esta sociedad, empezó la lucha de enrejar nuestras casas, de salir a buscar a nuestros hijos y encerrarlos, hacer una cárcel, donde uno como papá prefería... golpearlos. En mi caso personal llegué a encadenarlo, con cadenas para que respetara a esta sociedad. Mi hijo llorando diciéndome: "No puedo con esto ¡Mátame!". Y en eso tenía que explicarle que una lo había parido para que viva y que además tenía derechos...
En mi caso personal me tocó que mi hijo cometiera un delito, y tuve la suerte que un juzgado oral tuviera humanidad y los jueces entendieran que yo venía luchando y pidiendo la protección de persona ya hacía cuatro años. Me lo hicieron efectivizar inmediatamente, pero mi hijo y como todos los hijos de las chicas, y es lo que pasa con todos estos chicos y los chicos de la calle que van a los institutos y a las cárceles, el Estado te dice, que si la persona comete un delito debe ir a purgarlo, debe ir a la cárcel. Pero en las cárceles no hay tratamiento.
- Hoy ustedes tienen una vasta experiencia, y pregunto ¿Qué le dirías a una mamá que se entera que su hijo consume y no sabe qué hacer?, ¿cómo se podrían organizar?
Para la mamá que recién se dio cuenta que su hijo se está drogando: que no decaiga, que sepa que tiene luchar contra el enemigo que es el que le quiere robar a su hijo, y debe ser muy firme. Por otra parte hay asociaciones civiles, organizaciones, que se arrime a alguna, pero sobretodo que sepa que el Estado tiene una obligación, y es a los primeros que tiene que recurrir, sea Nación, provincia y también hay organizaciones no gubernamentales, y algo que es muy importante: ¡Exigir!. Que no se vayan caídas o derrotadas o que les digan que no. ¡No! ¡Que exijan sus derechos, porque se consigue la atención!.
En la Capital Federal, la protección de persona es lo más efectivo.  Sedronar, para buscar la beca para su hijo y que se lo deben dar, y aquí no vale ningún argumento como que hay exceso de chicos adictos o que hoy no puedo y demás. ¡No! Que se planten. Uno puede recurrir a los abogados, pero como mamá una tiene el derecho, porque para eso los parieron, de exigirle al Estado y que se haga cargo. Con  la protección en las ONG, tienen que hacer una entrevista con los chicos y darles el lugar de internación. Sepan también que los tratamientos ambulatorios se dan para otras cosas tóxicas, pero no para el Paco.
Usted mamá, si su hijo está en el paco, sepa que lo tiene que internar de urgencia, sepa que no puede esperar ni dos meses, ni dos años o como tuvimos que esperar nosotras hasta cuatro años, que lo tiene que hacer ahora, que es un derecho que tienen y lo tiene que hacer cumplir. Que no se decaigan, que no crean que si su hijo es adicto y hasta quizá cometió algún delito, que es motivo para perder los derechos, nada de eso, tienen todos los derechos, porque son ciudadanos argentinos, solo se tiene que poner fuerte la mamá y exigir que se cumplan con la obligación para con sus hijos.
- ¿Desde cuándo están aquí marchando en la Plaza de Mayo?
Hoy es el sexto jueves que estamos marchando como lo hicieron las madres de los chicos que fueron muertos por la represión. Este es el segundo genocidio de la juventud y nosotras estamos pidiendo una audiencia con la Señora Presidente, para que entienda la problemática, porque ella escucha de terceros pero no vive la realidad, hay que bajar y ver... si ella no puede bajar porque su cargo no se lo permite o no tiene espacio... que escuche a las que sufrieron y siguen sufriendo, que son las madres.
Debe generar una política justa, hospitales que ellos dicen o le dicen a ella que están atendiendo a los chicos, ¡es mentira!. Los médicos dicen no estar preparados, y hay casos de chicos paqueros que son violentos y terminan expulsándolos de los hospitales.
Un derecho para todos, no tenemos centros de rehabilitación del Estado y es lo que les estamos pidiendo, tanto en Capital como en todas la provincias, porque la realidad hoy nos dice que hay en algunos casos que existe un solo centro que atiende a tres o cuatro provincias y queremos que cada provincia tenga sus centros como corresponde, no faltan terrenos, entonces no deben faltar fondos para salvar a la juventud o por lo menos lugares donde uno pueda acceder la información, y de hecho nosotros no tenemos información sobre las adicciones. Los chicos van al colegio pero no hay al igual que existe información en temas sexuales de prevención. No existe prevención para la droga.
Si los chicos recibieran información, no quiero decir con esto que ninguno va a entrar porque eso tiene que ver con la fortaleza de cada chico, pero de diez, estoy segura que entre cuatro o seis no entrarían si tuvieran información y los centros de atención. La cura de la droga es la información, la prevención, prevenir al chico o enseñarle a manejar su adicción, enseñarle que con la vida puede.
Al adolescente, y el papá tiene que entender eso porque la palabra lo dice adolecer, a ellos les da miedo crecer, porque ven la lucha que debemos llevar a diario los padres, son chicos creciendo, y si resulta que no hay trabajo y tantas cosas, es ahí donde el flagelo de la droga puede entrar en la vida del hijo de uno.
Entonces la información la deben tener, como asimismo saber que el que está adentro puede salir. Nosotras somos mamás que tenemos chicos recuperados hace cuatro años, y que hoy funcionan hasta socialmente. Nos costó espantosamente hasta conseguir el trabajo. El Estado debe proporcionarlo. Este orden prevención, cura, trabajo, ¡inserción social para todos!.
Es importante hasta para los chicos que están en la edad de estudio en la primaria o la secundaria que accedan a la información. ¿Por qué negárselo?. Cuando desde la sociedad hablamos de los padres, ¡entiéndanlo!: Hay chicos que no tienen padres que están la calle, y eso nosotras lo sabemos, hay padres que creen que el hijo ya los defraudó, que no va a poder. Entonces las asistentes sociales trabajando, informando y trabajando, ayudando a este papá a hacer la lucha, tendremos una sociedad justa y con futuro, porque ni el PACO, ni las demás drogas deben comernos el futuro que es nuestra Juventud.
- ¿Qué mensaje de aliento les daría a los padres que tienen que iniciar una lucha contra las drogas?
Que utilicen cualquier método, pero que salven a sus hijos, los parimos para que sean parte de esta sociedad, pero la droga está y parecen enemigos de esta sociedad. Pero son enemigos a los que no les dieron la oportunidad, porque la droga está suelta.
Yo soy una mamá que le puso una cadena a su hijo y luchó una hora y media para llevarlo a un centro de internación, pero verdaderamente es lo que me lleva a luchar para que ninguna mamá tenga que encadenar a su hijo como esclavo...
Yo siempre pensé que en mi familia, mis antepasados, debe haber habido gente esclava, y yo tuve que pasar  por esa experiencia espantosa de encadenar a mi hijo para salvarle la vida y espero que esta marcha que hacemos sirva para que las madres se concienticen y luchen, que vengan, porque la lucha es por los hijos de ellas y por sus nietos. Si no paramos esto, si no se genera una política de lucha y de trabajo para salvar a los adictos, nuestros hijos, los hijos de nuestros de hijos y los hijos de nuestros nietos, seguirán y tendrán que sufrir la condena que tuvimos que padecer nosotras. Es espantoso ver a tu hijo preso por algo que ni siquiera se acuerda, y digo esto entre lágrimas de dolor, porque la droga, el PACO, es tan horrible que ellos no se acuerdan si es que mataron, si robaron y no les están mintiendo verdaderamente...
30-06-2010 "¿Por qué mataste?", le pregunté a uno de los tantos chicos que están en la bajada del puente. Me contestó: "Mi vida no vale nada. Estoy cansado que mi papá le pegue a mi mamá y se viole a mis hermanas". Es el ejemplo con el cual Sonia López le cuenta al diario Crónica, de las situaciones a las cuales tienen que asistir desde su lugar de militante social.

Entrevista a Sonia:
Sonia es representante de las madres del Paco Correntinas y presidente de la Asociación Atrévete a la Vida. "La ciudad de Santa Rosa tiene el 50 por ciento de mano de obra infantil para la floricultura. La explicación que dan es que por ser pequeños es más delicado el contacto para la recolección de pimpollos. En los aserraderos, los chicos ganan más que los padres, por eso dicen que no pueden con los hijos porque les pagan la faz, el agua y el cable".

-¿Qué hacen los funcionarios, las autoridades? -Nada. En Corrientes no se aplica la ley. Las niñas desde pequeñas son abusadas por los familiares y después lanzadas a la prostitución. Hay lugares como Santa Ana, que por tres pesos hacen servicios sexuales. En Santa Rosa, los padres les dilatan el ano con desodorante a bolilla para que puedan estar en condiciones de prostituirse los fines de semana.

-¿Cómo puede ser que ante esta realidad nadie denuncie? -Claro que se denuncia, pero no la toman. En Santa Rosa se captan menores de 6,7 y 8 años para juegos sexuales. Ellos desconfían de todo. Miran con recelo si los podés fotografiar o filmar. Una nena de 13 años me dijo, llorando, que era vieja para la prostitución porque le pagan sólo cinco pesos. Las quieren más pequeñas.

-¿Adónde está la madre de esa criatura? -La busqué, me encontré con ella, la explicación que me dio es que la chiquita se desespera por salir a la ruta, a la hora que pasan los camiones, porque con ese dinero se droga. Para que tengan una idea: Santa Rosa tiene 15.000 habitantes y 16 policías.

-¿Los padres no piden ayuda porque encubren o porque no hay asistencia social? -Hay madres que piden ayuda para los varones, pero no para las mujeres porque son el sostén de la casa. Algunas llegan a amenazar a los hombres para que no denuncien a las hijas porque son las que mantienen a la familia. Son lugares elegidos para turismo sexual. Una realidad de la cual no se habla en la Argentina.

La provincia de Corrientes tiene elementos porque la ley 26.061, que es la de Protección Integral de los Menores, tiene el 3 por ciento del presupuesto de la Secretaría de Desarrollo Humano que es muchísimo dinero, pero los funcionarios miran para otro lado. Nunca hicieron nada y como Consejo Provincial de la Niñez, Adolescencia y Familia tienen más poder que ¡ajusticia. La respuesta siempre es la indiferencia.

-¿Y la Justicia Federal? -Bien, gracias. El juez federal Carlos Vicente Soto Dávila no se ocupa. Los fiscales se quedan afónicos de pelear ante la inoperancia. En Ituzaingó, un adolescente de 19 años se tomó una sobredosis y se quemó las manos por no ir a robar para un policía. Me dolió en el alma, porque el padre de este chico fue alumno de mis viejos que eran maestros.

-Tampoco hay reacción ante el incesto que es un delito penal en todo el territorio nacional.

-No sólo en Santa Rosa suceden estas cosas, también en el Bajo Pujol, un barrio muy pobre, donde ni siquiera existen los ladrillos porque se ven taperas. Viven en esas condiciones, por debajo del nivel de la pobreza, pero tienen plasma y los chicos andan descalzos. Es de una promiscuidad en la que siete u ocho se amontonan en un cuartito. El incesto es cotidiano pero no" toman las denuncias.

Esta mañana y tras conocerse la publicación del diario Crónica, Marta Pelloni, coordinadora de la red nacional Infancia Robada se refirió al tema en el programa radial conducido por Liliana López Foresi: "A pesar de que es mi trabajo de todo los días es escalofriante lo que pasa; pero lamentablemente si no hay decisión política de erradicar este problema social..., es un problema de Estado, de Gobierno".


La coordinadora de la red manifestó que "no hay decisión política en Corrientes y lo digo con todas las letras", además agregó que: "Estas mafias dan mucho dinero y sostienen a un determinado género de población. Han bifurcado la Policía de Delitos Complejos, que estaba trabajando bien. Tinelli es televisión prostibularia. La droga y la trata van todo junto. No hay leyes para el clientelismo proxeneta".



Por: Giselle Sousa Días
A los 17, la primera vez que pidió que le dejaran probar la pasta base, Pablo no sintió nada. Al poco tiempo estaba levantando las persianas de los negocios para vaciar las cajas y fumar "Paco" cien veces por día. "Podía estar semanas o un mes de gira: dormía dos o tres horas por día y casi no comía. Es que hay un punto en que la única forma de bajar es con alcohol o con pastillas, como aceto o antidepresivos. En la cabeza eso se siente como un choque de trenes", recuerda.
Antes de pasar un año y medio internado en la Granja Alcer, en Marcos Paz, (21), Pablo se llevaba pésimo con sus demonios: "Me temblaban las piernas, sentía que el corazón me iba a explotar, me imaginaba que bajaban helicópteros, que me perseguía la policía. Llegué a vaciarle la casa a un amigo que se fue de vacaciones, a prenderle fuego la casa y el auto a un transa", cuenta. Martín (20), su amigo de la primaria, sigue: "Algunos alucinan que alguien se va a meter por la cerradura de la puerta y se quedan esperándolos con un cuchillo. Otros empeñan el celular, la puerta o esta mesa".
Antes de pasar dos años internado en El Almendro, en Liniers, Martín probó más de lo que da la imaginación: "Popper, éxtasis, LSD, ketamina, anfetamina. Fumé orégano con nuez moscada, aspiré la bencina del encendedor, fumé telaraña, los filamentos de la banana, éter (lo que se usa para cortar la cocaína), jalé pegamento de la lata. Eso te vuela la tapa del cerebro: cuando tomás alcohol con pastillas o pegamento podés salir a matar y a los cinco minutos no te acordás".
Hace cuatro años que están limpios. Lo dice Martín: "Lo difícil de dejar la falopa es ver la realidad. Es como ponerte en la vía del tren para que te dé en la frente. Ver todo lo que perdiste, cómo te mira la gente. Ahora, al que fui no le tengo miedo, le tengo respeto. Está ahí: sé